¿Quién soy?

Mi nombre es Carmen N. Greene Rodríguez, tu Directora. Soy la persona mas feliz del universo porque estoy a tu servicio. Servicio educativo que ustedes jóvenes requieren  para el logro sus metas. Creo firmemente en la juventud de nuestro país . Solo te invito a que visites  mi oficina . Encontrarás la respuesta a tus inquietudes. Compartirás lo imaginable y gozarás como no imaginas. No me olvido del resto de la comunidad escolar. También son importantes para que la aventura educativa sea maravillosa. 

                                                       ¡Los espero!


                       SEGUNDO RUIZ BELVIS

Hormigueros, Corazón del Oeste, Casa de los Peregrinos, Pueblo del Milagro. También, cuna de grandes próceres, siendo su figura más ilustre, Don Segundo Ruiz Belvis. El 13 de mayo de 1829, Hormigueros vio nacer uno de sus hombres ilustres. Ruiz Belvis, político y abogado, se destacó como líder abolicionista y defensor de la lucha independentista de nuestra patria, ante el gobierno español. Su actividad política comenzó en 1858, como síndico en el Ayuntamiento de Mayagüez. Desde muy joven manifestó a su padre su inconformidad y repudio a la esclavitud. Muerto su padre, comenzó de lleno su lucha abolicionista, liberando varios de los esclavos de su heredada hacienda, Luisa Josefa.
Como parte de su lucha y aprovechando el Reglamento promulgado por el entonces gobernador Miguel de la Torre, redimía a los hijos de los esclavos al momento de ser bautizados pagando una cuota de 25 pesos. Pero su vida no se limitó a la lucha abolicionista. Ruiz Belvis fue un reformista liberal, incansable luchador por la libertad de su patria; denunciando la situación colonial de Puerto Rico y propagando sus ideas revolucionarias. Al igual que su amigo y compañero de luchas, el Dr. Ramón Emeterio Betances, dedicó su vida a romper cadenas. Ruiz Belvis no solo luchó contra las cadenas visibles de la esclavitud negra, sino también la esclavitud que supone la falta de libertad de pensamiento y acción ciudadana ante un gobierno ajeno a las necesidades y realidades de una sociedad diferente. Este ilustre puertorriqueño, nos ha dejado un legado de ejemplo de entrega y lucha por los valores intrínsecos de la dignidad humana y la libertad. Este espíritu de lucha ha sido un espejo en el que se han mirado otros grandes ilustres puertorriqueños quienes también han luchado contra la opresión y la injusticia social, y quienes también han dedicado su vida por el bienestar y la igualdad de nuestro país. Muchos han sido los que han luchado contra las cadenas invisibles que nos mantienen sumergidos en la injusticia moral, social y económica.
Las cadenas que no se ven, la esclavitud del presente tal vez tiene muchos colores, no es negra como la piel de los esclavos; pero es igual de limitante y restrictiva. La falta de  líderes con vocación de libertadores en el gobierno, que vayan a servir y no ser servidos, las cadenas del abuso infantil, las cadenas de la adicción, la criminalidad, el prejuicio,  la intolerancia, la corrupción, la indiferencia y la dejadez. Estas son sólo algunas de las cadenas invisibles que nos toca romper como pueblo. La importancia del espíritu libertador de Ruiz Belvis debe plasmarse en nuestros corazones. Libertadores, hombres y mujeres  con espíritu de igualdad, como Sor Isolina Ferré, Roberto Clemente, y otros que ya no están y cumplieron su misión, pero que no basta con recordarlos, sino seguir el camino donde lo dejaron. Al igual que Ruiz Belvis debemos levantar nuestras voces ante la injusticia y la desigualdad que nos rodea y nos esclaviza, y que nuestra voz vaya al unísono con nuestras acciones.
¿Dónde están los Segundo Ruiz Belvis de hoy, que se atrevan romper cadenas movidos por la honra, la dignidad y el porvenir de nuestro país, y pagar con su entrega y su vida al servicio por la libertad? Están en cada uno de nosotros, jóvenes puertorriqueños luchando por alcanzar nuestras metas y servir honradamente a nuestro país, en los hombres y mujeres, servidores públicos, que salen todos los días a ganar el sustento de su familia y aportar con su trabajo y dedicación a mejorar la calidad de vida de nuestro país. Está en las madres solteras que luchan por sacar adelante sus hijos, contra viento y marea. Está en los jóvenes de la llamada tercera edad o edad de oro quienes con su experiencia y sabiduría son un ejemplo para nosotros los que apenas empezamos a recorrer el camino. Sí, Ruiz Belvis está en cada uno de nosotros, hagamos la diferencia. Vayamos mas allá, demos un paso al frente. Luchemos sin cesar por un Puerto Rico mejor. Este es el mayor legado de nuestro prócer, legado que pasa de generación a generación, que siempre está presente en cada uno de nosotros. No dejemos de luchar, dejemos nuestra huella. Y como dijera el gran amigo de Ruiz Belvis, Ramón Emeterio Betances: “Los hombres pasan, pero los principios quedan y triunfan.”

HIMNO DE HORMIGUEROS

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